De igual modo, la mayoría de las personas se han aplicado el esquema inicial de vacunación pero no se han aplicado los refuerzos, siendo que hay dosis disponibles. Lo indicado es que cada seis meses se reactiven las vacunas para proteger al organismo, ya que los anticuerpos caen y las infecciones pueden ser más graves.
En tanto, el 95% de la población se ha aplicado la primera y segunda dosis, es decir, el esquema inicial. El primer refuerzo lo tienen 21 millones de personas, mientras que el segundo se lo dieron 7 millones de argentinos y argentinas. No obstante, apenas 1 millón de personas tiene el tercer refuerzo o quinta dosis.
Así, es importante tener presente que en un lapso de seis meses es necesario aplicarse una vacuna para reactivar las defensas del organismo contra el SARS-CoV-2, sea la tercera dosis, la cuarta o la quinta.
No hay que olvidar que el virus sigue siendo el mismo con sus características comunes más allá de sus mutaciones: lo que se modifica es el organismo para hacerle frente a la enfermedad gracias a la inmunidad adquirida por vacunas o por la infección.
El SARS-CoV-2 puede cursarse asintomático, o causar cuadros febriles graves, con dolores corporales, de garganta, tos, congestión nasal, pérdida de olfato y gusto y cansancio. Es un virus que, de acuerdo al organismo -huésped- se manifiesta de forma diferente, y tal como lo conocimos en 2020, puede causar la muerte.
Las personas con afecciones de base como enfermedades respiratorias, cardiovasculares, hipertensión, diabetes o inmunosuprimidos pueden cursar cuadros de Covid-19 graves y requerir internación. Del mismo modo, el virus es más agresivo en personas mayores de 50 años.
Las medidas de higiene y prevención recomendadas siguen siendo uso de barbijo en medios de transporte y espacios concurridos, lavado de manos, ventilación de ambientes, no compartir mates o vasos y la vacunación. (DIB) ACR