También irá a China y a EEUULula visitará la Argentina el 24 de enero, en su primer viaje al exterior como presidente
14 diciembre, 2022
El electo mandatario de Brasil se reunirá con Alberto Fernández y asistirá a la cumbre de la Celac, al tiempo que retomará las relaciones diplomáticas con Venezuela, reconociendo como presidente a Nicolás Maduro, informó el futuro canciller Mauro Vieira.
El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hará su primer viaje oficial como jefe de Estado a la Argentina el 24 de enero próximo para encontrarse con su par Alberto Fernández y participar de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), a la vez que a partir del 1 de enero reconocerá al Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela y reabrirá la embajada en Caracas.
Así lo anunció durante una conferencia de prensa el futuro canciller Mauro Vieira, un diplomático de carrera que fue embajador en Washington durante la presidencia de Dilma Rousseff y que había sido relegado a funciones menores en la embajada de Zagreb, Croacia, por el mandatario Jair Bolsonaro.
Al explicar los objetivos y el rumbo de la política externa del líder del Partido de los Trabajadores (PT) a partir de 2023, Vieira dijo que Lula pretende viajar en el primer trimestre también a China y Estados Unidos, los dos principales socios comerciales de Brasil.
«Queremos volver a tender puentes con los vecinos sudamericanos»Mauro Vieira, futuro canciller de Brasil
«Queremos volver a tender puentes con los vecinos sudamericanos», enfatizó Vieira.
Según explicó Vieira, Lula había planificado visitar Argentina, tercer socio comercial de Brasil y principal socio del Mercosur, durante diciembre, antes de la asunción, pero por cuestiones de agenda el viaje será realizado en forma oficial ya como presidente.
El 31 de octubre, un día después de la victoria de Lula ante Bolsonaro en el balotaje más disputado de la historia (50,9% contra 49,1%) el presidente Fernández viajó a San Pablo para reunirse con el mandatario electo, a quien felicitó y recordó haberlo visitado en prisión en Curitiba en 2019, cuando el exsindicalista cumplía una condena por corrupción que luego fue anulada por persecución política y manipulación de pruebas.
«Lula me instruyó para que me ocupe de los primeros viajes al exterior. Él participará de la reunión de la Celac en Argentina con una visita bilateral y había sido invitado a Argentina antes de su investidura, pero no fue posible», dijo Vieira.
El presidente Fernández será uno de los al menos 17 jefes de Estado y de Gobierno extranjeros que estarán presentes en la ceremonia de asunción del 1 de enero y será saludado por Lula en el Palacio de Itamaraty, luego de jurar en el Congreso y recibir la banda presidencial en el Palacio del Planalto.
Cuando venció en las elecciones de 2002 por primera vez, Lula había realizado el primer viaje a Buenos Aires a inicios de 2003, cuando el presidente era Eduardo Duhalde.
«Lula me pidió llevar nuevamente a Brasil a la escena internacional», subrayó el futuro ministro de Relaciones Exteriores durante una conferencia de prensa en el Centro Cultural Banco do Brasil, en Brasilia, el centro de operaciones de los equipos técnicos y políticos de la transición de gobierno.
Según el diplomático, «la política a ser implementada es reconstruir puentes con nuestros vecinos sudamericanos estableciendo todos los mecanismos de contacto y negociación, luego ampliar ello a América Latina en general y retomar las relaciones de solidaridad y cooperación con África».
Lula quiere tener relaciones «intensas, productivas, equilibradas y soberanas» con Estados Unidos, China y la Unión Europea.
Lula quiere tener relaciones «intensas, productivas, equilibradas y soberanas» con Estados Unidos, China y la Unión Europea (UE), destacó Vieira.
Entre las novedades, se encuentra «volver a acercar a Brasil» a foros como la Celac y la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur), que fueron dejados de lado por la diplomacia brasileña tras la caída de Rousseff en 2016 y la asunción de los presidentes Michel Temer y Bolsonaro.
«Esta nueva aproximación será con una nueva mirada, porque el mundo cambió, tendremos una mirada nueva y constructiva basada en la solidaridad latinoamericana y buscando la cooperación con los países en desarrollo», aseguró.
La relación con Venezuela
El cambio inmediato que significará el tercer mandato de Lula tras haber gobernado entre 2003 y 2010 se verá en la relación con Venezuela.
En 2019, el Gobierno de Bolsonaro, en alianza con el Estados Unidos de Donald Trump y la Colombia de Iván Duque, había roto relaciones con Venezuela y reconocido como presidente al diputado opositor Juan Guaidó.
Ahora se reabrirá la embajada en Caracas y se retomarán las relaciones con el reconocimiento al Gobierno de Maduro.
«El presidente Lula me instruyó restablecer las relaciones con Venezuela, enviando en un primer momento a un encargado de negocios para ocuparnos de los edificios que tenemos allá, residencia, reabrir la embajada y posteriormente indicar a un embajador ante el gobierno venezolano», dijo, al responder sobre si iban a dejar de reconocer a Guaidó.
En ese sentido, definió: «Abriremos la embajada con el gobierno que está, el gobierno que fue elegido, el gobierno del presidente Maduro».
La agenda ambiental
También destacó la agenda ambiental exterior del gobierno, con la propuesta de acoger en 2025 la conferencia de cambio climático de la ONU y el relanzamiento del tratado amazónico para la cuestión de la preservación ambiental con sus vecinos.
A su vez, el acuerdo comercial entre el Mercosur y la UE, sellado en un principio en 2019, aunque aún falta que sea ratificado en cada uno de sus países, también estará en el radar de la diplomacia brasileña bajo el lulismo.
«Es un acuerdo importante, vamos a retomar los contactos, saber cómo están las negociaciones y creo que habrá un horizonte mejor, teniendo en cuenta la política para medio ambiente ya anunciada por el presidente Lula, y eso es algo que puede destrabar dificultades», aseguró.
Francia, por ejemplo, había puesto reparos en la ratificación del acuerdo, sobre todo ante la flexibilización frente a los crímenes ambientales en la selva amazónica que ha ejecutado el gobierno de Bolsonaro.
FUENTE:TELAM/POR PABLO GIULIANO, CORRESPONSAL EN BRASIL