CórdobaCirujanos promueven la interculturalidad en la formación y ejercicio de la medicina
7 agosto, 2022
Sandro Rodríguez y Maira Ávila impulsan acciones de concientización en busca de que se garantice el acceso a una atención de salud inclusiva, intercultural y discriminativa a la población originaria y migrante.
Un matrimonio de médicos cirujanos, Sandro Rodríguez (49) y Maira Ávila (43), encabezan un grupo de profesionales enraizados con las culturas aborígenes, que desde hace varios años vienen trabajando en Córdoba por la «interculturalidad en la Atención Primaria de la Salud (APS), que sea integradora de otras ontologías del conocimiento».
Estos profesionales de la medicina y de las ciencias sociales de Córdoba promueven acciones de concientización, también de replanteo en las formaciones de profesionales, y de las políticas de los sistemas de salud, para que se garantice el acceso a una atención de salud inclusiva, intercultural y discriminativa a la población originaria y migrante.
En ese sentido Rodríguez considera muy importante que «se contemplen equilibradamente los factores bióticos y abióticos del ecosistema», al entender que «la medicina tiene una mirada muy biomédica sobre la salud. Se ocupa principalmente sobre los aspectos biológicos» (bioquímico, genético, moleculares, celulares y enfermedades del cuerpo).
El profesional, en declaraciones a Télam, sostuvo que la salud, la enfermedad, la vida y la muerte «se debe abordar no solo desde lo biológico y social, sino también desde las creencias y las prácticas culturales, espirituales y cósmicas», y que, cuando eso no ocurre, al momento de las prácticas se incurre en la discriminación, la xenofobia y la transfobia.
El médico salteño, de pasado diaguita, y con fuerte raíces ancestrales que se reflejan en sus costumbres y tradiciones, propuso realizar la entrevista con Télam junto a su esposa sanjuanina el 1 de agosto, durante la ceremonia a la Pachamama, en la plaza Cisneros del barrio Alberdi en la ciudad de Córdoba, donde participó de la «corpachada», que consiste en ofrendar y dar de comer a la «Madre Tierra».
En Argentina, y en particular en Córdoba, la histórica hegemónica «ha invisibilizado la presencia de los pueblos originarios con discursos ‘extincionistas’ (sic), que siguen latentes en el imaginario social y repercuten negativamente en el reconocimiento de los pueblos indígenas y la garantía de sus derechos», cuestionó.
En el marco de las distintas actividades que vienen realizando en pos de promover la cosmovisión y la etnomedicina indígena, ambos médicos integraron un grupo de siete profesionales que, el año pasado, dictaron una «Diplomatura en Salud e Iinterculturalidad» en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), mediante un convenio con el Ministerio de Salud provincial.
Ávila, por su parte, sostuvo que están esperando la aprobación para el dictado de la segunda cohorte, sostuvo Maira y explicó que en esa diplomatura, que fue «exitosa», la interculturalidad en la salud se lo plantea como «la capacidad de actuar equilibradamente entre el conocimiento, creencias y prácticas culturales».
Al respecto, detalló que en el caso de la provincia de Córdoba «conviven 40 comunidades indígenas organizadas» y, respaldándose en estudios realizados por el Instituto de Antropología de Córdoba (Idacor), el 76% de los habitantes contemporáneos de la provincia posee linaje materno indoamericano, el 16% europeo y el 8% africano.
«En el mundo hay tantas medicinas como pueblos», por lo tanto uno de los cuestionamientos tiene que ver con la «formación y las prácticas biologicista y la medicina científica como único modelo de salud legitimado», reprochó la médica y mamá de cuatro hijos con su esposo Rodríguez.
La médica, que rastrea sus huellas genéticas, quien se autopercibe de orígenes warpes y mapuche de la zona cuyana de Guanacache y mapuche de los cordones montañosos de Chile, consideró que en ese contexto de salud intercultural en esa diversidad «tiene que haber un diálogo que permita interacción e interconsultas con todos los conocimientos interculturales, incluso la diversidad de género».
Sobre el tema, agrega que ese diálogo se tiene que dar entre la medicina científica biomédica occidental, las prácticas medicinales que se basan sobre lo tradicional, las creencias, el curanderismo, el chamanismo y diversidades de saberes terapéuticos «que permita generar empatía y confianza entre el médico y el paciente de las comunidades indígenas».
También dijo que es muy importante que el profesional de la medicina «no descalifique las prácticas tradicionales y populares que se practican en las diferentes comunidades indígenas», y para que eso no ocurra las universidades deberían capacitar e incluir en sus currículas la salud intercultural, porque la población no es homogénea.
Al ser consultada si lo que están proponiendo podría implicar riesgos de legitimar algunas prácticas sanatorias consideradas ilegales por la legislación actual, Ávila aseveró que «las prácticas interculturales de la medicina están legitimadas, lo que pasó es que han sido suspendidas, intervenidas y culturalmente erradicadas» por los monopolios de los sistemas de salud, «sin embargo las prácticas continúan en las poblaciones».
Sandro y Maira ejercen su profesión de médicos en la ciudad de Córdoba, además se desempeñan como docentes universitarios y en el Instituto de Cultura Aborígenes (ICA) donde se enseña profesorado de música, de historia, de antropología y también lengua quechua, mapuche y guaraní.
FUENTE:TELAM/POR PABLO RIVERO