Consejo Escolar de La PlataSe conocieron críticas y cuestionamientos para el presidente del cuerpo, Nicolás Morzone
4 abril, 2022
El Consejo Escolar de la ciudad de La Plata no transita, según pudo saberse, por días tranquilos últimamente. Es que el clima que en sus oficinas y despachos se respira no es el mejor, al menos al decir de distintos empleados y también proveedores, que concurren a diario a las dependencias ubicadas en calle 42. Al parecer, desde la asunción del actual presidente Nicolás Morzone, en el pasado mes de diciembre, el malestar fue creciendo, y toda esa presión y mal clima tuvo su punto de ebullición el último viernes 1 de abril. Ese día, y para sorpresa de varios presentes, el mismísimo presidente terminó a los gritos, proliferando insultos de todo tipo, para con distintos trabajadores del cuerpo.
Lo particular de la situación –siempre al decir de distintas fuentes consultadas por este portal- es que entre los enojados, molestos y ofendidos por una suma de actitudes del presidente del cuerpo, no existe grieta alguna. Por el contrario, los que se quejan y denuncian todo tipo de maltratos en el ámbito laboral, son tanto empleados ligados o cercanos a la oposición, como propios trabajadores que ingresaron a funciones con el actual oficialismo municipal.
Morzone, un abogado y docente universitario de treinta años de edad cercano al dirigente del PRO Daniel Lipovetzky y joven de confianza del intendente Julio Garro, suma también cuestionamientos y críticas de parte de distinto tipo de proveedores del organismo, por los considerables atrasos en los pagos. Se trata en este caso, de molestias que manifiestan ya no tan bajo cuerda pequeños proveedores del Consejo Escolar platense, muchos de los cuales son los que cotidianamente permiten sostener el funcionamiento de jardines, escuelas y colegios. El presidente del cuerpo es señalado además por la falta de atención para con esos reclamos, muchos de los cuales no pueden serle planteados, en virtud de que al parecer, la concurrencia de Morzone a las oficinas del Consejo Escolar no es diaria, como se presupone debería serlo.
El episodio del último viernes –que sorprendió a más de uno por la virulencia de los epítetos que se escucharon- afirman podría ser (o debería, en todo caso) un antes y un después, que permita encontrar un cauce natural para recuperar una histórica buena convivencia entre autoridades circunstanciales del Consejo Escolar, trabajadores históricos del mismo, y proveedores que cumplen como se sabe, un rol fundamental para garantizar el normal funcionamiento de los establecimientos educativos del distrito.