PalermoLo femenino entre el arte y la artesanía en una muestra colectiva de la Galería Maman

Palermo

Lo femenino entre el arte y la artesanía en una muestra colectiva de la Galería Maman

27 octubre, 2021 Desactivado Por Germán Costanzo Castiglione

En el marco del vigésimo aniversario de ese centro expositor, se exhiben rabajos de 10 artistas mujeres que abarcan diferentes expresiones, a través de pinturas al óleo o acrílico, arte textil, foto, collages y esculturas de distintas materialidades.

Con obras de artistas como Alicia Penalba, Nora Iniesta, Marcia Schvartz, Nushi Muntaabski, Karina El Azem, Mónica Millán y una debutante Bárbara Diez, entre otras, la galería Maman Fine Art continúa su festejo por el vigésimo aniversario de su fundación con la muestra «Manos a las obras», que pone en diálogo obras y estéticas diversas y podrá verse hasta diciembre.

«Manos a la obra: 10 artistas» se escapa del tradicional planteo de la artista mujer para trazar un diálogo entre obras que se asientan, al menos algunas de ellas, en el trabajo artesanal. «La intención no era hacer una muestra de diez artistas mujeres porque me parece que está demodé el asunto, pero sí indirectamente está atravesada por una mirada de género de la obra», cuenta a Télam la curadora Patricia Pacino.

Lo que vincula esta decena de creadoras es según Pacino, «el humor, una sutil ironía, que vemos en casi todas ellas, y el uso de determinadas técnicas que van a contrapelo de lo que tendría ser el arte mayor».

Los textiles de Mónica Millán, oriunda de Misiones, son un claro ejemplo de la impronta artesanal, así como las de Karina El Azem o el trabajo con venecitas de Nushi Muntaabski.

Cuadros al óleo o acrílico, arte textil, foto, collages y esculturas de distintas materialidades configuran un recorrido que comienza con un cuadro de Schvartz («Ojo de agua», 1993), un textil de Millán y bocetos escultóricos de Penalba (1913-1982): tres piezas policromadas de material refractario llevada por la artista a escala grande para la III Documental de Kassel de 1964 bajo el título «Gran Escultura-juego», entre otros.

Se trata de una muestra con un colectivo de «poéticas potentes y singulares», según describe Pacino, cofundadora y directora de la galería que celebra sus veinte años, y tiene como «broche de oro» del año esta particular segunda muestra con una inauguración cercana a las glamorosas de la galería.

La exhibición curada por la esposa del marchante y galerista argentino Daniel Maman se basa en una selección de obras realizada por ella misma, que incluyen a Catalina Chervin, Mónica Van Asperen y Cynthia Cohen.

La mayoría de las artistas han participado en algún momento con alguna muestra o son representadas por la galería, tales como Cohen y Muntaabski que se incorporaron en 2017.

Maman y Pacino celebran de este modo los primeros 20 años de la galería con esta segunda muestra -la primera fue en agosto con una nueva edición Colectivo Singular- en un momento de casi normal actividad tras las restricciones sanitarias por la pandemia.

Entre las obras exhibidas hay tres de Muntaabski, en préstamo de la colección de Amalia Amoedo: «Rueda» presentada en arteBA con una performance de la Bella durmiente en 2012, «Manguera» (literalmente una manguera enrollada), y una extraña y atrapante escultura denominada «El gallo y el zorro» de 2010, que remite a las fábulas o cuentos populares, todas piezas trabajadas con venecitas (mosaico veneciano).

Millán expone tres tapices, uno con el sugestivo nombre de «El vuelo trémulo de las mariposas entre las flores quejumbrosas y las aterciopeladas hojas» (2016), que combina dibujo, bordado y carbonilla y una obra más reciente como «Flores sumisas en florero», un bordado sobre frazada con la técnica del patchwork, collage y el tejido a crochet.

La artista, que próximamente participará en una muestra en el Museo Moderno de Buenos Aires junto a Adriana Bustos y Claudia del Río, «combina telas teñidas, pequeños manteles, cintas de colores o el encaje ñanduti que tejieron otras manos, y desde 2002 trabaja en Paraguay con un pueblo de tejedores, y de este modo mantiene viva la tradición y combina creación, artesanía y lenguaje plástico», explica Pacino.

Con una estética diversa a las anteriores, El Azem vuelve a mostrar «Precaución» -que ya exhibió en la galería en 2003- y obras más recientes trabajadas a partir de patrones en mostacillas digitalizadas que conforman una composición abstracta impresa y que versan en torno a la realidad y el simulacro que la artista ejemplifica con la expresión «no es oro todo lo que reluce», pero manteniendo el protagonismo de la textura de la mostacilla o la munición (y los cartuchos de bala de distintos calibres, como en una mesa de 2000 que incluye variantes).

Foto: Pablo Añelli.

Foto: Pablo Añelli.

La creadora explora los alcances de la tradición ornamental y el diseño, y entre sus temas aborda la violencia como con «Precaución», donde recrea con perlas blancas y negras un cartel de alerta a los migrantes indocumentados que quieren cruzar la frontera de Tijuana a California (Estados Unidos), que iconiza una familia que corre por su vidas.

Nora Iniesta, que trabaja desde lo conceptual con ensamblajes y una de sus características es el uso de los colores patrios celeste y blanco, expone «Réquiem para un plumero» (1987), una caja de madera que custodia un plumero desplumado y sobre la tapa, una cala que acompaña, y que presentó para el día de la mujer en el Centro Cultural Recoleta. Para Pacino esta obra «adelanta el desarrollo de su poética conceptual (minimalista) donde la apropiación, la sutil ironía, lo lúdico y el rigor formal la caracterizan».

«Tomo cosas cotidianas y se transforman en obras, las cosas están y siempre hay que fijarse de adentro hacia afuera», relata por su parte Iniesta. Pero también se exponen obras más recientes como «El descanso» (2021), un boceto para un monumento o «La felicidad» (2020): una pequeña estructura de madera, con dos figuras, una pareja, con una escarapela, «es un casamiento, con figuras de barro, es una construcción que se diluye», explica, y «Lo inalcanzable» (2005) con tres retratos de una niña atrapada mirando televisión, «en un sistema del que no puede salir».

Cohen, con obras grandes, entre pintura y collage que retoman la estética del pop con un imaginario de objetos de «un realismo vívido y alegre que roza lo artificial». Y por su parte Chervin, con un díptico en grises y blancos de la serie Street art (2012-2019) y una obra en resina de la serie piedras (20120), «compone imágenes sutiles, complejas y poéticas» y salta a la tridimensión con sus trabajos con capas de dibujos atrapados por la resina poliéster.

En el caso de Van Asperen con «Vasos comunicantes» (2013) el registro en foto de una acción que ubica a dos personas de espalda, con una hilera de vasos que unen ambas columnas vertebrales relacionada con el tema de los femicidios; o la llamativa «Equidistancias sonoras» (2016), creada con espejos, formas tubulares realizados con la técnica de vidrio soplado y neón de color azul claro.

Y por último, Diez con su serie de collages que comenzó durante la pandemia de manera autodidacta -como Rómulo Macció, justifica Pacino-, fue desarrollando estás intervenciones sobre reproducciones de obras de arte a partir de la invitación de Maman que la incentivó a exponer por primera vez. La práctica del collage se relaciona a su infancia y entorno familiar.

«La muestra presenta, lo festivo, la felicidad, lo lúdico, el juego, y también la osadía porque manejan (las artistas) un arte que podría ser considerado bajo como el arte textil, la artesanía, pero que reformulan de una manera que tiene un discurso totalmente increíble», dice la curadora sobre la exhibición.

Foto: Pablo Añelli.

Foto: Pablo Añelli.

En agosto la galería se sumó al homenaje a Alberto Greco con «Grecomanía», una exhibición en paralelo a la muestra del Moderno «Alberto Greco: qué grande sos!», y presentó también «Colectivo y Singular IV» con trabajos de Luis F. Benedit, Miguel Caride, Catalina Chervin, Charif, Kirin, Alberto Heredia, Norberto Gómez, Luis Wells, Gustavo Bonevardi, Pablo Suárez y Martín Di Girolamo como parte de su festejo de aniversario.

Especializada en arte moderno y contemporáneo, la galería fue inaugurada en octubre de 2001 con una exposición de Macció, «Pinturas en el tiempo», en paralelo con el vecino Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), e inauguró en 2013 otra en Miami, ubicada en pleno Design District, desde donde promociona el arte Latinoamericano moderno y contemporáneo en un mercado más vibrante que el local.

Esta galería situada sobre Avenida del Libertador es la tercera emprendida por Maman en sus 45 años de experiencia en el mercado del arte.

La exposición puede visitarse en la Avenida del Libertador 2475 (CABA), de lunes a viernes de 11 a 19 con cita previa, hasta el 23 de diciembre (https://mamanfineart.com.ar/).

FUENTE:TELAM