Encuentro de los mandatarios del mundo Pobreza, coronavirus y cambio climático, en la agenda de la Asamblea General de la ONU
21 septiembre, 2021
Líderes del mundo se reencontraron en Nueva York tras casi dos años de pandemia, en la que se debaten las múltiples crisis que enfrenta el planeta, y por las que el titular del organismo advirtió que está «al borde de un abismo».
Gran parte de los líderes del mundo volvió este martes a encontrarse en Nueva York tras casi dos años de pandemia de coronavirus para la apertura de la Asamblea General de la ONU, en la que se debaten las múltiples crisis que enfrenta el planeta, y por las que el titular del organismo, António Guterres, advirtió que está «al borde de un abismo».
Guterres señaló que esta Asamblea -que tendrá la vista puesta en Afganistán, la desigual distribución de vacunas, los efectos del cambio climático y la profunda crisis económica, entre otros temas- lanzará un «grito de alarma» por la situación «muy peligrosa» en la que está el mundo.
«Pasamos la prueba de ciencia, pero sacamos una F en ética«, agregó, según la transmisión oficial de la ONU.
En total, más de 30 Estados estaban inscriptos en la lista de oradores de este martes, primer día de la 76ta. Asamblea General. Algunos representantes participaron presencialmente y otros a través de mensajes grabados.
Jair Bolsonaro, el presidente de Brasil, país que tiene la tradición de abrir todas las asambleas de la ONU, seguido por el país anfitrión, Estados Unidos, retomó en su discurso la aspiración de tener un asiento permanente en el Consejo de Seguridad del organismo.
Además, repitió las tesis atribuidas al negacionismo de que existen remedios preventivos contra la Covid-19, repudió la existencia de los «pasaportes de vacunas» y acusó por la inflación en su país a los gobernadores e intendentes que aplicaron cuarentenas.
También defendió sus políticas hacia la selva amazónica: «Nuestra agricultura moderna y sostenible con bajas emisiones de carbono alimenta a más de 1.000 millones de personas en el mundo y utiliza solo 8% del territorio nacional; ningún país tiene una legislación ambiental tan completa», sostuvo.
El discurso de Biden, en cambio, fue más conciliador, pues se centró en la reivindicación del multilateralismo y el fortalecimiento de las organizaciones internacionales.
Aseguró asimismo que no busca «una nueva Guerra Fría», en medio de la creciente tensión con China e incluso con algunos de sus socios tradicionales por su nuevo acuerdo militar en el Indo-Pacífico, «una de las regiones más significativas para el presente y para mañana».
«Estoy aquí para reafirmar el compromiso de mi gobierno hacia un futuro más pacifico y próspero para todas las personas«, dijo y agregó: «Trabajaremos para salvar vidas frente la Covid-19, enfrentaremos la amenaza del desafío ambiental y defenderemos la dignidad humanidad y los derechos que se forjaron en esta institución, o dejaremos esos valores universales en la búsqueda del poder político».
Biden, quien destacó sus políticas dirigidas a una «transición verde», llamó a defender los derechos de las mujeres, comprometió 10.000 millones de dólares para «terminar con el hambre» y prometió respetar el acuerdo nuclear con Irán si la república islámica «hace lo mismo».
Irán, por su parte, también se refirió a las conversaciones con las potencias mundiales para que se eliminen las sanciones impuestas por el entonces presidente Donald Trump cuando decidió retirar a Estados Unidos del acuerdo en 2018.
«La república islámica considera las conversaciones útiles» siempre y cuando el resultado sea «el levantamiento de todas las sanciones opresivas (estadounidenses)», sostuvo el presidente Ebrahim Raisi en un discurso grabado.
Las conversaciones indirectas entre Irán y Estados Unidos para reactivar el pacto nuclear de 2015 se detuvieron dos días después de que Raisi fuera elegido presidente en junio y aún no fue anunciado cuándo se reanudarán.
Otro que interpeló a Estados Unidos fue el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-In, quien pidió una «rápida reanudación» del diálogo entre Estados Unidos y Corea del Norte.
Los diálogos entre Pyongyang y Washington están estancados desde el fracaso en 2019 de una cumbre entre el líder Kim Jong Un y Trump.
Mediante un discurso grabado, el presidente de China, Xi Jinping, anunció que su país dejará de construir centrales de carbón en el extranjero para luchar contra el calentamiento climático.
«China va a reforzar su apoyo a otros países en desarrollo para favorecer las energías verdes o de bajo contenido de emisiones, y no construirá nuevas centrales de carbón en el extranjero», explicó, en respuesta a las demandas de varias organizaciones de defensa del ambiente, según la agencia de noticias AFP.
Por otra parte, el presidente Alberto Fernández afirmó por teleconferencia que la pandemia “impone” al mundo “trabajar en un esquema solidario” que permita “avanzar hacia un desarrollo sostenible” con el fin de “construir sociedades más justas e igualitarias”.
Fernández advirtió que “la justicia climática será una quimera sin justicia financiera que contribuya a una justicia social”.
Asimismo, calificó como “tóxico e irresponsable” al crédito tomado por la Argentina ante el FMI durante el gobierno anterior, sostuvo que “gran parte” de esos recursos fueron “fugados” en la administración que lo precedió, y respaldó “un acuerdo global sobre las reestructuraciones de deudas soberanas”.
El presidente de Colombia, Iván Duque, remarcó que el acuerdo entre el Gobierno y las ex-FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) «es débil», pidió mayor distribución equitativa de vacunas, y cuestionó los diálogos entre el oficialismo y la oposición venezolanos.
El presidente de Perú, Pedro Castillo, respaldó y se comprometió con la construcción de «una agenda común global que en el mundo pospandemia establezca un nuevo contrato social, que asegure la gobernabilidad democrática, con paz y cohesión social, y que logre reducir la pobreza y eliminar la pobreza extrema».
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, se sumó a la cruzada contra el cambio climático durante la pandemia del coronavirus y a evitar un «apocalipsis ambiental».
«La pandemia nos obligó a restringir nuestras libertades pero el cambio climático no está en cuarentena», afirmó, y prometió que en 2030 el 70% de la matriz chilena estará «basada en energías limpias y renovables».
FUENTE:TELAM