El ambiente está severamente afectado por la acción del hombre. La reciente cumbre de países en Madrid no terminó de la mejor manera, ya que no hubo acuerdo para buscar los caminos que permitan reducir en los próximos años el problema.

Dentro de ese panorama, el permanente consumo de plástico es algo que afecta severamente a los mares del mundo. Sólo un dato permite entender parte del flagelo: en el planeta se compran por minuto, un millón de botellas de plástico. El destino de esos envases es el gran problema que se enfrenta.

Estimaciones de la National Geographic, indican que desde 1950 a la fecha, el hombre fabricó 8.300 millones de toneladas de plástico fabricado desde los años 50. De ellas, más de 6.300 millones se han convertido en residuos. Y de esos residuos, 5.700 millones de toneladas no han pasado nunca por un contenedor de reciclaje, una cifra que dejó atónitos a los científicos que la calcularon en 2017.

La producción de plástico en el mundo sigue una curva ascendente que es impactante. En 1950 eran poco más de dos millones de tonelada, pero en 2015 fue de cuatrocientos siete millones de toneladas.

Más plástico en los océanos

Aunque parezca difícil de entenderlo, los océanos ya tienen nuevas islas, conformadas por plásticos acumulados. Hay dos en el Pacífico, dos en el Atlántico y una en el Indico.

Pero hay un peligro aún mayor, y es la existencia del denominado microplastico.  Se trata de pequeños trozos de plástico menores a los cinco milímetros.

Este producto es desde mucho tiempo a esta parte una preocupación en la investigación de desechos marinos. Un estudio realizado por científicos norteamericanos en fecha reciente, establece que podría haber un millón de veces más piezas de plástico en el océano de lo estimado previamente. Los investigadores modificaron los métodos estándar de microscopía de epifluorescencia para desarrollar una nueva técnica a fin de enumerar los mini-microplásticos a partir de muestras de agua de mar superficial filtrada y contenido de estómago de sal. Esto permitió distinguir los mini microplásticos del fitoplancton y las partículas suspendidas, que resultaron más abundantes en aguas cercanas a la costa y se distribuyeron de manera más uniforme desde la corriente de California hasta el giro subtropical del Pacífico norte.

Se estima que el océano está contaminado por 8.3 millones de piezas de mini-microplásticos por metro cúbico de agua.

Ante este panorama, que los líderes mundiales y sus principales asesores recientemente reunidos en Madrid, en una reunión que debió tener lugar originalmente en Santiago de Chile, no hayan llegado a un acuerdo para en definitiva defender la casa común de todos que eso es nuestro planeta, es cuando menos decepcionante, y también por qué no decirlo, alarmante.