La superpoblación existente en las cárceles dependientes de la provincia de Buenos Aires es uno de los tantos temas centrales que debe afrontar el flamante gobierno del asumido Axel Kicillof. La propia Suprema Corte de Justicia bonaerense alertó sobre estos hechos. El propio gobernador habló de espacio para unos veinticuatro mil reclusos, cuando en rigor hoy el sistema carcelario amucha a cerca de cincuenta mil personas.

El nuevo ministro de Justicia y derechos humanos de la provincia, Julio Alak, llamó a conformar una mesa de diálogo que aborde esta acuciante problemática. En sus primeras declaraciones al frente del área ministerial, Alak hizo referencia a la decisión de la Suprema Corte, que notificó al gobierno provincial sobre la necesidad de crear una mesa de diálogo para encarar la problemática.

El ministro dijo que la actual superpoblación carcelaria es la más alta registrada en la historia: “déficit que alcanza a casi 20 mil internos que están viviendo en condiciones que hay que mejorar”.

Julio Alak recordó que tanto la Cámara de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires como la Suprema Corte ya calificaron a la situación que padecen los internos como “una crisis humanitaria” y que el máximo tribunal bonaerense “dictó una acordada en donde nos notifica la necesidad de crear una mesa de diálogo”.