Nota de opinión17 de Noviembre: de nuevo la militancia definiendo futuro
16 noviembre, 2023
Esta semana es crucial en la Argentina, por un ballotage presidencial que definirá y delineará profundamente la configuración democrática de nuestra Patria. Por imperio de grandes insatisfacciones económicas, políticas y sociales, con ocho años (desde 2015), de retroceso económico de los sectores populares, trabajadores y jubilados, y una inflación incontrolable, producto de un insaciable afán de ganancias de grupos económicos concentrados, que dominan los mercados de productos de consumos masivos, y de los servicios esenciales de las necesidades modernas.
Todo ello, en el contexto de un premeditado y brutal endeudamiento externo que desde 2018 Macri contrajo con el FMI, para condicionar nuestras políticas económicas a las trilladas «recetas» neoliberales del representante mundial del poder financiero, que juega políticamente en la configuración interna de cada Nación «soberana». Así fue en 2019 con su claro apoyo al Macri derrotado en primera vuelta, caso único de un Presidente en ejercicio.
En este contexto, este 17 de noviembre que se avecina se cumplirán 51 años del primer regreso de Perón a su patria, desde el golpe genocida y fusilador de 1955, de Eugenio Aramburu, Isaac Rojas y Cía, con complicidades políticas civiles, que interrumpieron un proceso político virtuoso de casi diez años a favor de la justicia social, la grandeza de la patria y la mayor igualdad de oportunidades que se haya alcanzado hasta ese momento, y que nunca se igualaría.
Desde el mismo momento de ese golpe sangriento, la resistencia popular no tardó en organizarse. Primero entre trabajadores, militantes que venían de esa década gloriosa, y paulatinamente la incorporación de nuevas generaciones que no habían vivido directamente el gobierno peronista, y en muchos casos provenían de hogares antiperonistas, claramente alineados con la reacción y la proscripción de las mayorías populares.
La cada vez mayor ebullición social, debido a la aplicación de políticas neoliberales, fue constante. Desde gobiernos militares (Aramburu, Onganía, Lanusse) y/o gobiernos radicales débiles, tutelados por las FFAA (Frondizi, Illia) siempre con las mayorías peronistas proscriptas y perseguidas.
No fue extraño entonces, como lo fue en todo el continente, que con la victoria de la Revolución Cubana de fines de los años cincuenta, que las juventudes argentinas, chilenas, uruguayas, peruanas, bolivianas, colombianas, nicaragüenses, salvadoreñas, etc., se levantaran en armas para enfrentar a gobiernos títeres y dictatoriales promovidos por el Departamento de Estado de EEUU.
Pero mucho más fuerte fue, en el caso argentino, la militancia territorial, sindical y estudiantil, que con la consigna unificadora del Luche y Vuelve, que promovía el regreso del general Perón a la Argentina, y al ejercicio pleno de la actividad política.
Ese 17 de noviembre de 1972 fue el canto esperanzador de todo un pueblo. De una «juventud maravillosa», donde no se reparó en barreras armadas por los milicos, amenazas, represiones, lluvias torrenciales, y toda valla que impidiera el reencuentro, después de casi dieciocho años de exilio y proscripción, con el líder popular más importante de nuestra historia.
Por eso el 17 de noviembre se recuerda esa gesta heroica de nuestro país, de nuestra juventud, y se conmemora el Día de la Militancia.
En mi caso particular, y con la autorización del director de este medio que generosamente me invitara a ser parte de su staff, incluyo en el homenaje a esos militantes, al «Negro» Jorge Omar Giacobone (militante de aquellos) fallecido un 17 de noviembre.